Minas de carbón y canarios: la primera forma efectiva de detectar gases consistía en colocar un canario en la mina de carbón. Se utilizaban canarios porque se convertirían en víctimas de los efectos del monóxido de carbono y de otros gases venenosos mucho antes que los mineros, y como resultado, alertarían a los mineros de los cambios en la atmósfera de la mina. Los mineros apostaban sus vidas, y las vidas del resto de los mineros, a estas aves de plumaje amarillo brillante. Todos los días, los mineros se presentaban al trabajo y, antes de dirigirse al interior de la mina para cumplir con sus turnos, tomaban un canario en una jaula y lo “golpeaban” (bump) suavemente contra una pared para asegurarse de que el canario aún estuviera vivo. Esta práctica se denominaba “bump test” (prueba funcional). Se trataba de una verificación vital para los mineros, ya que no tendría sentido llevar un canario muerto a la mina de carbón.
Probablemente, el término “prueba funcional” sea el más utilizado en el mundo de la detección de gases portátil. Al momento, la mayoría de los usuarios saben lo que es una prueba funcional. Sin embargo, muchos no saben por qué se debe hacer o, en algunos casos, cómo se debe hacer.
“¿Cómo se hace una prueba funcional?” ¿Por qué hay que hacer una prueba funcional? ¿Con qué frecuencia se deben hacer las pruebas funcionales?”
“Dígame, ¿le ha hecho una prueba funcional a su monitor de gases?”
“¿Dónde están registradas las pruebas funcionales?”
Estas son solo algunas de las preguntas con las que me he encontrado en los últimos 7 años al trabajar en la industria de detección de gases.
En términos simples, una prueba funcional es una prueba del funcionamiento del monitor de gases para garantizar que los sensores respondan al gas objetivo y que las alarmas funcionen. Esto se realiza exponiendo brevemente los sensores al gas objetivo. Las pruebas funcionales se deben realizar todos los días antes de usar el dispositivo. Durante las pruebas funcionales, se verifica el funcionamiento de sensores y alarmas, pero no se mide la precisión del sensor ni se hacen ajustes al instrumento, como se haría en una calibración.
Independientemente de la marca o del tipo de monitor de gases que utilice, es probable que ya haya formulado algunas de estas preguntas sobre las pruebas funcionales. He conversado miles de veces sobre las pruebas funcionales, he capacitado a infinidad de usuarios sobre cómo usar sus monitores, y cuándo y cómo hacer pruebas funcionales, y todas estas preguntas surgen una y otra vez. La única pregunta que me hicieron y para la que no tenía una respuesta fue:
“¿Por qué la llama ‘prueba funcional’?”
En este momento, debo confesar algo… Yo inventé la parte de la “prueba funcional” en la historia del canario. Para encontrar el verdadero origen del término, pasé interminables horas buscando y preguntando. Frente a la adversidad de la falta de respuestas, me senté y pensé largo y tendido. En consecuencia, inventé una historia que respondiera a la pregunta.
Después de inventar la historia del canario, empecé a contarla cada vez que capacitaba a un usuario, y hacía mucha gracia. La parte más importante es que, después de eso, explico por qué es tan importante hacer una prueba funcional del monitor.
Deje de llevar canarios muertos a su mina de carbón
Cada día que usa su monitor de gases, apuesta su vida y todo lo que aprecia en ese pequeño dispositivo. En la mayoría de las aplicaciones, es solo una cuestión de tiempo hasta que comience a confiar en la capacidad de ese monitor de gases para hacer su trabajo. Ese monitor de gases es su canario; por lo tanto, asegúrese de que el canario que lleva a su mina de carbón (refinería, pozo petrolero, fábrica de acero, espacio confinado) no esté muerto.