La disminución de las temperaturas en el exterior significa que se encienden las calderas y las estufas a leña en el interior, lo cual representa un riesgo más alto de intoxicación con monóxido de carbono para propietarios y primeros intervinientes.
El monóxido de carbono no es un gas que se produce de manera natural, pero es el gas que más probablemente se encuentren las personas. Cada año, más de 50 000 personas son internadas por intoxicación con monóxido de carbono; por este motivo, es importante que los departamentos de bomberos y los primeros intervinientes sepan qué esperar cuando responden a una llamada por monóxido de carbono.
Se pueden producir niveles peligrosos de monóxido de carbono a partir de cualquier dispositivo que queme combustible, como hornos de gas, estufas de gas, secadores de gas, calentadores de agua a gas, chimeneas y automóviles. Muchas calderas y hornos también producen grandes cantidades de monóxido de carbono, en especial cuando no reciben mantenimiento adecuado. Los conductores de camiones, los operadores de grúas o las personas que trabajan cerca de este tipo de equipos tienen un riesgo mayor de exposición, al igual que las personas que trabajan en espacios confinados como pozos, garajes, túneles, zonas de carga, almacenes, talleres de reparación de vehículos y vehículos tipo furgón o furgoneta.
El monóxido de carbono es una toxina insidiosa ideal para las personas que no sospechan su presencia. Es incoloro e inodoro, por lo que es imposible detectarlo sin monitores de gases. Para empeorar aún más la situación, la intoxicación por monóxido de carbono se confunde fácilmente con la gripe porque comparten muchos de los mismos síntomas, que incluyen náuseas, dolor de cabeza y fatiga. El riesgo de intoxicación con monóxido de carbono también es más alto durante la temporada de gripe, por lo cual es incluso más difícil de identificar. Sin embargo, es imprescindible identificarlo: si hay monóxido de carbono presente, debe evacuar inmediatamente el área.
Siga estos pasos para realizar una investigación exhaustiva y sistemática para detectar monóxido de carbono:
1. Entreviste a los ocupantes: Hable con los ocupantes y busque síntomas de exposición al monóxido de carbono. Pregunte sobre las posibles fuentes de combustión.
2. Mida el monóxido de carbono: No ingrese al área para buscar las fuentes potenciales de monóxido de carbono sin un detector de gases en funcionamiento y el EPP adecuado. Compruebe si hay posibles fuentes de monóxido de carbono con un detector de gas monóxido de carbono correctamente calibrado. Asegúrese de poner en cero el monitor en aire puro antes de llegar a la escena. Compare las lecturas con los siguientes niveles:
3. Inspeccione los sistemas de ventilación: Revise todas las chimeneas y los sistemas de ventilación de todos los demás electrodomésticos para detectar fugas, rajaduras, orificios y obstrucciones.
4. Cree la peor situación posible: Encienda todos los electrodomésticos que quemen combustible al mismo tiempo y cierre la casa. Si se crea una presión negativa en la casa, podría producirse una condición de contracorriente. Para comprobar si se produce esta condición, encienda todos los dispositivos de escape (ventilación del ático, campana de ventilación de la cocina, ventilación de los baños, etc.) y utilice un generador de humo para comprobar si hay contracorriente de la chimenea, el tanque de agua caliente y la caldera.
5. Compruebe la ubicación y el funcionamiento de la alarma de monóxido de carbono: Asegúrese de que los monitores de monóxido de carbono de la casa estén funcionando. Verifique que estén instalados de acuerdo con las recomendaciones del fabricante o que no estén en áreas calientes, áreas húmedas o dentro de, al menos, 15 pies de un electrodoméstico que quema combustible.
Es probable que haya respondido a más falsas alarmas que emergencias reales por monóxido de carbono en su carrera, pero ese no es motivo para bajar la guardia.
Para ayudar a protegerse, tenga en cuenta estas recomendaciones que pueden salvar vidas:
Trate cada llamada por monóxido de carbono como de vida o muerte, porque lo es.