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Cómo ir más allá del instinto para mejorar la seguridad

Dante Moore

No importa quién sea o qué haga, una de las dificultades más grandes que todos enfrentamos consiste en ir más allá de las conductas arraigadas para cambiar nuestras acciones. En ocasiones, estas conductas arraigadas hacen que nos resulte difícil recordar hacer algo simple, como las compras de regreso a casa. En otras ocasiones, estas conductas arraigadas pueden poner nuestra vida en riesgo.

Como humanos, nuestro instinto suele consistir en algo que hacemos sin pensarlo dos veces. Cuando alguien que está cerca está en peligro, nuestro instinto es ayudar. Solemos ayudar a los demás en situaciones de emergencia sin pensar en la posibilidad de ponernos en riesgo. En algunos casos, esta conducta es muy útil, por ejemplo, cuando atrapamos a un niño pequeño antes de que caiga y se golpee la cabeza. Lamentablemente, son muchas las ocasiones en las que esta conducta puede hacer que una situación peligrosa se vuelva aún más grave. Por ejemplo, aunque sus intenciones sean buenas, pisar fuerte el freno del auto o girar bruscamente para evitar atropellar a una ardilla u otro animal pequeño en la carretera puede causar un peligroso choque en cadena.

Si bien siempre queremos actuar de forma rápida, también debemos asegurarnos de que las medidas que tomemos para ayudar a los demás no causen más daños, ya sea a nosotros o a las personas que nos rodean. Lo que hacemos y cómo decidimos hacerlo puede determinar, en última instancia, el resultado de una situación.

El peligro de basarnos en el instinto en espacios confinados

Al trabajar en espacios confinados o cerrados, nuestro proceso de toma de decisiones se vuelve aún más importante. Si trabaja en espacios confinados o alrededor de ellos de forma regular, o si trabaja en un sitio con espacios confinados, es importante que entienda los peligros adicionales que estos conllevan. Debido a estos peligros, las agencias como la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (Occupational Safety and Health Administration, OSHA) han emitido lineamientos para ayudarnos a entender los requisitos para trabajar en estos entornos.

Uno de los principales requisitos que debemos respetar es el uso de monitores de gases atmosféricos. Usamos estos monitores para medir la calidad del aire antes de ingresar y verificar que el espacio esté libre de gases combustibles y tóxicos y que tenga un nivel de oxígeno seguro. Estas evaluaciones previas al ingreso nos ayudan a asegurarnos de que, cuando un trabajador ingrese en un espacio, no enfrente peligros inmediatos antes de comenzar a trabajar. Después del muestreo previo al ingreso, también debemos supervisar el espacio de forma continua mientras el trabajador se encuentra allí. Las condiciones atmosféricas pueden cambiar rápidamente; por eso, sin supervisión continua, un trabajador podría exponerse a gases combustibles y tóxicos sin saberlo.

Incluso con asesoramiento sobre cómo usar monitores de gases para trabajar de forma segura en espacios confinados, seguimos escuchando historias de terror. La mayoría de las historias que escuchamos tienen un elemento en común: varias lesiones o muertes, cuando los trabajadores ingresan apresurados a ayudar a un compañero. Cuando vemos a un compañero en problemas, nuestro instinto es apresurarnos a salvarlo. Pero, si hay gases peligrosos, este instinto puede poner nuestra vida en riesgo. Sin pensarlo dos veces ni tomarnos el tiempo para entender por qué nuestro compañero ha caído o no responde, ingresamos al espacio a ayudarlo y terminamos tendidos junto a la persona que queríamos ayudar.

En esta situación, e incluso con la capacitación correspondiente, nuestro instinto humano suele llevarnos a reaccionar de inmediato e intentar rescatar a nuestro compañero, sin importar si saldremos con vida o no.  La triste realidad es que esta conducta arraigada de ayudar a los demás es el motivo por el que el 60 % de las muertes en espacios confinados se trata de potenciales rescatistas o de personas que sufren lesiones o la muerte al intentar ayudar a otra persona.

Uso del instinto + la información

Cuando nuestro instinto puede fallar y no hacer nada no es una opción, podemos recurrir a la tecnología para que nos ayude a tomar mejores decisiones.

La tecnología de los monitores de gases ahora nos permite tomar decisiones más inteligentes, rápidas y seguras, que pueden ayudar a evitar varias muertes en espacios cerrados o confinados. Algunos monitores de gases manuales y de área cuentan con conectividad inalámbrica que comparte alarmas de gases, hombre caído y pánico de un monitor a otro. Esta tecnología ha sido diseñada para que, tan pronto como se encienda el equipo, se conecte de forma automática con otros monitores de la misma red, para compartir las lecturas de gases del interior de un espacio confinado con los monitores que están fuera de ese espacio.

Cuando se emparejan los monitores de gases entre sí, podemos ver lo que experimentan nuestros compañeros con facilidad. Si suena la alarma del monitor de un compañero, podremos ver de quién es el monitor y por qué suena la alarma, y determinar qué medidas de protección debemos tomar antes de proceder al rescate.

Veamos un ejemplo: Jane, que está trabajando dentro de un espacio confinado, se expuso de forma repentina a 300 ppm de H2S y está tendida en el suelo, inconsciente, en el espacio confinado. Se activa la alarma del monitor de Jane por los 300 ppm de H2S y, debido a que ella está inmóvil, también se activa una alarma de hombre caído. John, que está fuera del espacio confinado, ve la lectura elevada de H2S de Jane y una alarma de hombre caído en su propio monitor. Ahora que John está al tanto de la situación, puede decidir rápidamente contactar a los demás, ventilar el área o determinar cuáles son los equipos apropiados para protegerse antes de intentar rescatar a Jane. Gracias a la tecnología inalámbrica de sus monitores de gases, John puede tomar una decisión inteligente en segundos, basada en la información y no solo en el instinto.

Además de salvar vidas, una de las mayores ventajas de esta tecnología es que permite la conectividad en áreas sin infraestructura celular o wifi. También es importante tener en cuenta que la red está incorporada en los monitores y basta con que una persona encienda el monitor para que este se comunique con otros monitores; esto significa que no se necesita soporte de TI.

Trabajar en ambientes peligrosos, en especial, en áreas confinadas o cerradas, siempre será un desafío. Sin embargo, si aprendemos a cambiar nuestra conducta e incorporamos las últimas tecnologías en nuestras prácticas, podremos trabajar de forma más eficaz y salvar vidas.

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